Cómo hacer una buena huella en travesía
Cómo hacer una buena traza o huella en esquí de travesía. Buena para ti y buena para los demás.
La traza en esquí de montaña, la huella… llámalo como quieras. Parece sencillo, pero en el esquí de montaña o travesía, muchas veces abriremos nuestra propia huella o traza, y, aunque en principio parezca una tontería, tiene mucha más importancia de lo que creemos. Especialmente si vamos en grupo.
Y tanto si vamos 2 amigos como si abrimos entre 10, la apertura de una buena huella en esquí de montaña es fundamental para muchos éxitos, entre ellos, la cima. Y hay muchos factores por los que deberíamos abrir una huella cómoda y fácil de seguir.
¿Por qué deberíamos cuidar nuestra huella? Motivos de peso para abrir una buena traza
Éxito
Una huella cómoda para seguir, bien pisada, que no nos agote ni a nosotros, ni a nuestros compañeros o al que viene detrás, que ha salido más tarde, incluso otro grupo, conseguirá que no malgastemos nuestras fuerzas en la ascensión. De este modo, tendremos los músculos más descansados (o mejor dicho, menos cansados) para el descenso.
En nuestro grupo puede haber personas con equipo más pesado, a los que les cuesta más hacer una vuelta maría, o que se fatigan antes subiendo una huella más empinada. Si somos solidarios y pensamos en los demás, la satisfacción será mayor y grupal, no individual.
He visto esquiadores que no han llegado a la cima por estar “reventados” gracias a seguir una mala traza.
Salud
Por ese mismo motivo, si nos agotamos siguiendo una mala traza, o agotamos a un compañero por el mismo motivo, dejando nuestros músculos al límite, será más probable tener una caída bajando, o bien tirones, calambres… y en consecuencia, tener una lesión, un percance o un accidente.
Cuantas más fuerzas ahorremos en la subida, mejor haremos el descenso.
Tiempo
No por abrir una huella más tendida vamos a llegar muchísimo más tarde a la cumbre o a nuestro objetivo. No te equivoques. Los que suban “a saco”, si no son competidores entrenando, tendrán que parar a coger aire y recuperarse, mientras que nosotros seguiremos a nuestra velocidad, lentos pero sin paradas por fatiga.
Siendo realistas, es posible que una mala traza (más empinada) haga que lleguemos un poco antes, pero el precio a pagar puede ser elevado.
Retirada
Otro importante motivo para realizar una buena traza: si la cosa se tuerce (mal tiempo, fallo o rotura del material, pérdida de visibilidad, lesión leve de un compañero o uno mismo…), haber abierto una huella cómoda para poder seguir en el descenso puede llegar a ser vital para regresar sanos y salvos al valle.
Una huella en esquí de montaña que nos permita bajar por ella, nos puede permitir descender incluso con las focas puestas si fuera necesario. Otra buena razón es la aparición por cambio brusco de tiempo de costra de rehielo. En ese caso, si nos vemos imposibilitados de descender por nieve costra, podemos usar la huella de subida.
Una huella muy empinada nos hará imposible poder descender esquiando por ella, ya que nos embalamos debido a su gran inclinación.
Económico
¿A que no os pagan por cada vuelta maría que hacéis? ¿entonces, por qué hacemos 15 vueltas maría en una pala cuando podríamos haber hecho 7? Si os pagan, nos callaremos, pero si no es así (que seguro que no lo es), una buena traza no consiste en hacer miles de vueltas maría. ¿Por qué? Porque cada vuelta maría ralentiza al grupo. Si el grupo es grande, produce paradas innecesarias.
Además, si algún componente del grupo no posee la técnica adecuada de vuelta maría, se va a cansar más y al final lo pagará (también lo hemos visto en vivo) con dolores, calambres o incluso lesiones. Esto se traduce en un descenso atroz debido a los dolores.
Social
Social por varios motivos que vamos a detallar. Si mientras abrimos huella llevamos un ritmo de ascenso en el que podemos ir charlando, ¡llegaremos al fin del mundo!, y además, conversaremos con nuestros compañeros.
Si vamos sofocados, sin poder respirar, teniendo que parar cada 5 minutos… no es una actividad tan gratificante (a menos que entrenemos para alguna carrera de esquí de montaña). Si administramos la inclinación de ascenso de manera que llevemos nuestro ritmo, podemos estar caminando y ascendiendo durante mucho tiempo sin tener que parar a respirar, lo que revierte en no hacer paradas innecesarias.
El otro motivo son los grupos posteriores (ya sea el mismo día o al día siguiente, si se puede seguir la huella una vez pasada la noche). Nos agradecerán el estupendo trabajo realizado, les habremos facilitado su ascensión y, no menos importante, quizás hagamos nuevos amigos.
La traza en esquí de travesía. Decálogo
Pautas para una buena huella, cómo hacer bien la traza en esquí de montaña
Abrir huella es una labor de equipo, que ha de servir para la óptima progresión del grupo, evitando que los componentes se fatiguen gratuitamente. Los esquiadores más fuertes se van relevando abriendo una traza única, cómoda y segura, adaptada a la calidad de la nieve, al relieve y al nivel del colectivo.

